Misión Imposible:Fallout... y tan out.
Dos años después, Bad Robot vuelve a la
carga. Esta vez con Fallout, la sexta entrega de la tan exitosa saga; Misión
Imposible, líder en taquilla en Estados Unidos y un Tom Cruise aprendiendo a
volar en helicóptero… No se podía presagiar el desastre.
Persecuciones trepidantes, un protagonista
que se burla de la vejez, saltos en paracaídas que dan vértigo -aun estando
sentadito en el sofá-, escenas aéreas que te dejan sin respiración, un malo
malísimo que te llega hasta la médula… Espera, ¿cómo? Rebobina. ¿Superman haciendo de malo? “Imposible”.
Misión Imposible: Fallout no se sale de la
línea. Al igual que sus entregas precedentes , la película nos obsequia con el argumento
favorito del neoyorquino: una sociedad secreta al margen del gobierno. Cagada
de Tom Cruise. Dicha sociedad se hace con un arma nuclear. Y Tom Cruise salva
el mundo. Otra vez.
He echado en falta unos guionistas más
creativos; algún plot twist que me deje con la boca abierta, que piense:
“DIOS MÍO, ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO”. Por ejemplo, la muerte de Ethan Hunt.
(Guiñito) En su lugar, nos presentan las cuatro líneas necesarias para ver a
dos tíos pegándose sin ton ni son. Vamos a ver McQuarrie, ¿a quién pensabas
impresionar cuando se descubre que Henry Cavill es el malo?
Por no mencionar el desmesurado
protagonismo de Tom Cruise. En sus últimas películas, ¿el objetivo es
entretener al espectador, o más bien,
hacerse un buen homenaje? Y ojito con el homenaje, que dura 147 minutos. Dos
horas y media de una película interminable que, cuando por fin se acaba, te
deja totalmente indiferente.
En cuanto al resto, tampoco puedo andar
quejándome toda la reseña. Actuaciones impecables de Tom Cruise, Ving Rhames y
Simon Pegg (Ethan, Luther y Benji, respectivamente). Sobre todo siento
predilección por este último (véase Arma Fatal). Las escenas de lucha, como
siempre, soberbias; la del Preikestolen, espectacular. Además, cabe hacer una
mención especial a la persecución en moto por París, de las mejores que he
visto hasta el momento.
En definitiva, una pésima actuación de
Henry Cavill, un argumento muy flojo, un ya mencionado exceso de narcisismo… Tom,
querido, ya no me impresionas. Aún así, no la descarto para pasar el rato un
domingo lluvioso.
Muy de acuerdo, el hecho de que Supermán fuese el malo era muuuy previsible, y Tom Cruise se flipó bastante. Sin embargo, a mí no se hizo interminable, me pareció bastante amena.
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