Tres anuncios a las afueras. ¿Cómo, oficial Willoughby? ¿Aún no te la has leído?
Con siete nominaciones a los oscars, dos de
ellos ganados, Tres anuncios a las afueras llega pisando fuerte. Si bien en un
primer momento puede pasar inadvertida, ya sea por su título o cartel, está
claro que no es una película que nos deje indiferentes.
En efecto, hay que vérsela unas cuantas
veces para entenderla perfectamente sin que se nos escape ningún detalle. En
cierto modo, me ha recordado a los cuentos populares en los que nunca fallan:
el abusón, el homosexual, el borracho, el disminuido, el cura, la rubia “tonta”…
El típico pueblo pequeño al que no le
falta de nada, vaya.
McDonagh nos presenta a una madre rebosante
de ira, un jefe de policía en las últimas y a un gilipollas integral (dejémoslo
ahí). Me ha encantado el personaje que interpreta Frances McDormand, tiene
respuestas para todos, como le toques las narices te la llevas. Desde el
queridísimo sheriff hasta el intocable cura. Me han gustado la cantidad de
giros que da la película, el suicidio del jefe Willoughby, el renacer de Dixon,
que al final Mildred no tenga a nadie a quien culpar del asesinato de su hija…
Si bien me creo que un caso de violación y
posterior asesinato pueda quedarse sin resolver por falta de pruebas, me ha
desconcertado la normalidad con la que se tratan otros temas igual de
espeluznantes. La protagonista denuncia durante toda la película que recibía
malos tratos por parte de su ex marido y, sin embargo, desayuna con él y
conversan tan tranquilamente. Cuando Dixon tira al responsable de la agencia
publicitaria por la ventana delante de la comisaría, nadie le reprocha
absolutamente nada. Espera, ¿cómo?, ¿soy la única que en ese momento se levantó
del sofá y se tiró de los pelos?
En una brutal crítica a la América profunda,
McDonagh ha caricaturizado los aspectos más grotescos de la sociedad y los ha
juntado en una película única.
La normalización de la violencia de género,
del racismo, la homofobia, el abuso de poder de la autoridad, de la iglesia.
Por no mencionar esos toques de humor en este drama que no podía ser más serio.
¡El sustituto de Willoughby es un policía negro!
Me ha maravillado la forma tan
característica de McDonagh de poner las cartas sobre la mesa. Ese casi pero no.
Una película en la que se denuncia todo
pero no se castiga nada. Lo que a simple vista empezó siendo un filme policíaco
termina siendo una película que pretende hacer reflexionar al espectador
dejando a su libre interpretación la moralidad de todo lo acontecido durante la
misma.
E n definitiva, Tres anuncios a las afueras
es mucho más que la historia de un asesinato sin resolver. Es la chispa que
enciende la llama.
Muy buena la reseña Mery. Recoge a la perfección lo que es la película: los giros que da y su carácter crítico y reflexivo, que al principio no piensas que pueda tener una pelicula que parece a primera vista policíaca. Estoy de acuerdo con esta frase "Me ha maravillado la forma tan característica de McDonagh de poner las cartas sobre la mesa", y nunca mejor dicho, puesto que son las cartas de Willoughby las que marcan la película.
ResponderEliminar¡Mucho ánimo con el blog y a seguir!
Guille